jueves, 30 de abril de 2009

Crisis Global: luces y sombras dificultan los pronósticos

En un escenario casi surrealista, el anuncio de una caída de 6.1 % del GDP de USA en marzo, contra una predicción de 6.6, generó una luz en el camino de la ansiada recuperación. Las bolsas respondieron con optimismo, que se mantiene aún en el último día abril.

Esta caída del GDP, menor a la esperada, debe enmarcarse en la evolución que han presentado un conjunto de indicadores durante el último trimestre para intentar develar cuáles son las tendencias que caracterizan la economía norteamericana después de 16 meses de secesión.

En línea con la evolución del GDP, el Producto Industrial creció 1.6% en marzo en relación a febrero. Inesperadamente, también en marzo, ingresaron al seguro de desempleo 13000 trabajadores, contra un cifra esperada de 630000, similar a la que caracterizó los dos primeros meses del año. Como consecuencia, hoy suman 6.3 millones de trabajadores en seguro de desempleo. En línea la tasa de desempleo alcanza 8.6%.

El incremento de los gastos en consumo en el trimestre fueron de 2.0%, crecimiento que se vio ensombrecido por una caída en marzo de 0.2%. Este indicador adquiere su real dimensión si comprendemos que el consumo interno explica el 70% de la actividad económica de USA. Y por ende su evolución condiciona en una gran medida el ritmo de la recuperación.

El parlamento aprobó el Presupuesto presentado por Obama por 3.4 billones, que incluye fuertes inversiones en educación, reforma de la salud y energías renovables.
La tasa de ahorros personales creció en el trimestre 4.2%. Esta tasa estaba por debajo de cero al inicio de la crisis y durante muchos meses del año pasado, como consecuencia de un uso a límites históricos de la tarjeta de crédito y el crédito proveniente de la sobrevaluación de las viviendas. Este indicador confirma que los consumidores han modificado sustancialmente su comportamiento y privilegian el ahorro y el pago de sus deudas, lo que genera un freno adicional al incremento de los gastos en consumo y por ende al nivel de actividad.

Como reflexión, luego de analizar estos indicadores, podemos unificar nuestro optimismo no en relación a un inicio de la recuperación, lo cual nos parece una opinión un tanto aventurada, pero quizás a que si inicia tímidamente una inflexión en la curva de caída del proceso recesivo y por ende nos alejamos unos pasos del abismo de la depresión. Pero también intuimos que estamos en un proceso que evolucionará a un ritmo muy lento, con altibajos y que determinará cambios permanentes en las pautas de consumo/ahorro así como en la orientación y calidad del gasto público, quizás ingresando en una faz del comportamiento de las familias, las empresas y el Gobierno de mayor responsabilidad social. Así lo reflejó ayer Obama en la conferencia de prensa donde demostró además que el dato más esperanzante no es cuantitativo, es cualitativo: su liderazgo.