viernes, 9 de octubre de 2009

Comparto el comentario de Ignacio Bernal

Quiero compartir con todos los lectores del blog, parte del comentario a mi último articulo efectuado por Ignacio Bernal de México, ya que ilustra en forma ejemplar las profundas huellas que está dejando la crisis sobre el consumidor estadounidense y su principal activo: las viviendas.
Cuenta Ignacio al final de su excelente reflexión: “...Como dato curioso, hace unos días, fui a Atlanta con un amigo que tenía varios intereses en fraccionamientos hipotecarios alrededor de esa ciudad. Forman hoy un cinturón alrededor de esta amplia ciudad TODOS CON CASAS VACIAS NUEVAS. Cada casa enorme y hay millas de estas. Muchos de estos fraccionamientos están casi completos, con bosques, tiendas, iglesias, clubs, etc... También fui a Las Vegas. Aquí la caída es general. Es un pueblo medio muerto-increíble. No puedo pensar que todos estos millones de gentes-no van a quedar muy marcados para siempre con sus familias. Hay que ir a San Diego, o en México a sus "second homes" en Puerto Peñasco en donde hay cientos de edificios todos abandonados. Ver no solo estados de cuentas sino la imagen de la desgracia -que se repite una y otra vez- marcará a todos los habitantes de Norteamérica por mucho tiempo. El momento para lograr cambios de fondo. Ignacio Bernal.”

miércoles, 7 de octubre de 2009

Crisis Global: Macrotendencias que llegaron para quedarse

Abandonaremos el “capitalismo nacional de la opulencia” para ingresar en una “fase más austera del capitalismo global”. Será un mundo diverso en el que habrá mayor desempleo y pobreza, caída del consumo y fragilidad del nivel de actividad económica, presiones inflacionarias, mayor proteccionismo, una nueva arquitectura internacional y fuerte protagonismo de Asia y América Latina en la recuperación global. Un mundo donde el consumismo, la opulencia, la avaricia desmedida y la dominación bélica darán paso gradualmente a una mejor regulación del sistema financiero global, a una intervención creciente del estado en la prevención de nuevos desequilibrios y a una preocupación creciente por la pobreza y el cuidado del medio ambiente.

A medida que el mundo se aleja del terremoto y gradualmente se acerca a una recuperación, resulta estratégicamente imprescindible reflexionar sobre el escenario en el cual nos tocará actuar y vivir a partir del 2010. Identificar y analizar estas macrotendencias globales es fundamentalmente para anticiparnos en la redefinición de una “Visión País”, que comprenda las transformaciones estructurales que caracterizarán por varios años al contexto económico y político externo. Iniciemos este ejercicio analizando las más relevantes:

1. Caída del consumo y amesetamiento del nivel de actividad económica: Si la economía estadounidense revierte la contracción, igual asistiremos por muchos años a niveles de actividad más bajos que los que caracterizaron la última década. La propensión al consumo y la confianza del consumidor tendrán una reducción estructural significativa en USA. Los niveles de consumo se habían exacerbado de tal forma que en 2007 el endeudamiento de los hogares norteamericanos significaba un 120% del PBI estadounidense. La destrucción de riqueza, el miedo a un futuro incierto y la pérdida de empleos han generado un cambio profundo en la relación ahorro-consumo. Pienso que este cambio perdurará por muchos años, tal cual perduró luego de la “Gran Depresión”, generando un capitalismo fundamentado en valores de ahorro y austeridad que caracterizó a toda una generación. Por la fuerza de la realidad -3 trillones de riqueza destruida- los estadounidenses y el resto del mundo asistirán a un cambio de valores relacionados con la avaricia, el consumo abusivo y el endeudamiento irresponsable de quienes tomaron crédito y de quienes adquirieron el riesgo al otorgarlo. De acuerdo a Hutchinson, profesor de marketing de Wharton, “en los próximos años el consumidor aprenderá a comportarse de manera más frugal y no abandonará esa actitud en el corto plazo aunque se estabilice la economía”. Si bien este duro golpe al “capitalismo de la abundancia”, y a los altísimos niveles de consumo que se le asocian, constituye un gran respaldo a las preocupaciones globales en torno al calentamiento global y al agotamiento de los recursos energéticos no-renovables, presenta una contracara : menor propensión al consumo en USA condiciona un menor nivel de actividad en un país en el que el consumo interno significa el 70% del PBI, y éste un tercio del PBI mundial. En palabras de Stiglitz, en Estambul, “a partir de ahora los hogares estadounidenses tendrán que acostumbrarse a vivir "dentro de sus posibilidades" y no está claro todavía cuáles serán las repercusiones para la economía global que en los últimos años ha estado sustentada en gran medida por el inagotable apetito de los consumidores estadounidenses. Esta frase de Stiglitz identifica adecuadamente la trascendencia global de la macrotendencia de la caída del consumo en USA, y deja abierta la interrogante sobre la dimensión de su impacto sobre la demanda agregada global y el correspondiente nivel de actividad en USA y el resto del mundo.

2. Mayor desempleo y pobreza global: El mundo se caracterizará por niveles de desempleo y pobreza muy superiores a los que caracterizaron el escenario global pre-crisis. La economía estadounidense alcanzará 10 % de desempleo antes de fin de año. Desde su inicio la crisis ha destruido en USA más de 7 millones de puestos de trabajo. Situaciones similares se plantean en la Eurozona y en las economías emergentes. A nivel mundial la cifra de pobres superó los mil millones, según el último informe de la ONU. Esta situación trae asociados dos fenómenos, en primer lugar, en las economías desarrolladas se debilitará el consumo en forma sostenida, reforzando la macrotendencia anteriormente descripta y por ende el ritmo de la recuperación. En segundo lugar, a nivel global aumentarán los conflictos sociales y políticos y por ende se lesionará la gobernabilidad a escala nacional y mundial. Viviremos por muchos años en un mundo más inseguro e inestable aún.

3. Sobrevolará el fantasma de la inflación: La expansión monetaria por la inyección de dinero a la economía por parte de la Fed, fundamentalmente a través de la compra de deuda gubernamental e hipotecaria, la baja de la tasa de interés a nivel cero, los paquetes de estímulo y la capitalización de empresas estratégicas, han sido los mayores antídotos que han utilizado las autoridades estadounidenses como políticas anticíclicas para enfrentar la crisis financiera, el “colapso” crediticio y la contracción económica. Estas políticas poco ortodoxas, básicamente por el volumen de recursos financieros involucrados en su aplicación, han inflado a niveles nunca vistos las hojas de balances de la Fed, así como el nivel del déficit fiscal que supera 9% del PBI. En primer lugar, es importante destacar que la aplicación vigorosa y simultánea de estos instrumentos ha sido eficaz y nos alejó del riesgo de una depresión. En segundo lugar, a medida que nos alejamos del precipicio y nos acercamos a una e recuperación, surgen las preocupaciones asociadas a las políticas monetarias que caracterizaran la “estrategia de salida” de la crisis. A pesar de las afirmaciones de Bernanke en relación al conjunto de instrumentos a su disposición para esterilizar el excedente monetario una vez que se inicie la recuperación (elevar la tasa, pagar intereses en depósitos de la Fed, vender títulos de largo plazo) para muchos especialistas e inversores persiste un riesgo de inflación que se evidenciará con mayor fuerza a partir del segundo año de la recuperación. Yo adhiero a esta opinión. Considero que dado los volúmenes de dinero que hay que esterilizar en USA y en Europa en menor medida, el fantasma de la inflación sobrevolará a la economía norteamericana durante muchos años. No resultará sencillo reducir el déficit fiscal en 4 o 5 puntos del PBI (más de un billón de dólares), más aún cuando el presupuesto que elevó el Presidente Obama al Congreso constituye un nuevo record fiscal. Adicionalmente, los instrumentos disponibles para contrarrestar la expansión monetaria atentan contra el ritmo de la recuperación a través de limitar nuevos planes de estímulo, lo que colocará a la Fed y al Gobierno en el dilema “revitalización de la actividad versus inflación”.

4. China se consolida como “driver” de la recuperación global: Con una previsión de crecimiento cercano al 7% en 2009, China se consolida como la segunda economía mundial y "driver" de la recuperación económica. Muy dependiente de su floreciente comercio exterior, sufrió por la caída de la demanda de USA y Europa por sus productos, lo cual llevó a una fuerte contracción de sus exportaciones, cierres de fábricas y destrucción de empresas. El Gobierno Chino reaccionó rápido con visión estratégica y con contundencia financiera. El Plan de Reactivación, 580.000 millones de dólares, se orientó a incentivar el mercado interno incrementando la disponibilidad de crédito al consumo y la inversión para compensar la caída en las exportaciones, las cuales se redujeron en 21.8% interanual en el primer trimestre. Es de destacar que esta naturaleza de “driver” de la salida de la crisis y la recuperación que presenta la economía China, es extensible a India y a Brasil por la escala de sus economías y por el ritmo de recuperación.

5. Mundo financieramente interdependiente: el eje Washington - Bejing: A pesar de que la crisis surge en USA por la irresponsabilidad del sistema bancario en la adquisición de riesgo asociado a las hipotecas subprime y su posterior comercialización en el mercado de capitales “camufladas” en derivados de derivados, el activo de protección generalizado a nivel mundial son los bonos del Tesoro de USA. Esta paradoja, aunada a la internacionalización del sistema financiero, ha creado una profunda interrelación entre países más allá de los sistemas políticos que los gobiernan. Numerosos gobiernos mantienen en las reservas de sus bancos centrales importantes proporciones de bonos del Tesoro norteamericano. El ejemplo más relevante es el de China, que es tenedora de casi un tercio de los bonos emitidos por el Tesoro norteamericano (8.000.000 millones de dólares). Existe, por tanto, una “megadependencia” que ata y preocupa a muchos países, creando una red global de intereses que está por encima de regímenes políticos e incluso reivindicaciones globales. En la reciente reunión entre el Presidente Obama y su homólogo chino, señalaron que impulsarán un "diálogo estratégico y económico" entre Pekín y Washington. Esta nueva relación conformará un eje geopolítico de enorme trascendencia en la post crisis.

6. Mayor proteccionismo: Inevitablemente ingresaremos en un mundo donde predominarán por un plazo considerable los comportamientos proteccionistas a nivel global y regional, a pesar de innumerables declaraciones en sentido contrario. El proteccionismo limita el intercambio y debilita la recuperación.

7. Debilitamiento del dólar como valor de reserva: Según Stiglitz “existe la teoría cada vez más extendida de que el dólar será incapaz de mantener su actual estatus de divisa de reserva, y que conviene abrir una discusión multilateral sobre las alternativas”, que según China, India, Brasil y Rusia debería aproximarse a los actuales Derechos Especiales de Giro que utiliza el FMI para su propia cartera, enriquecido por la agregación del valor de otras monedas, como el yen.