miércoles, 12 de abril de 2017

LA RUPTURA DEL HILO DEMOCRATICO NO ES REPARABLE




Lo acontecido en Venezuela, luego del paso atrás con el autogolpe generado a través de la suspensión y autoabsorción de los poderes constitucionales del Parlamento por parte del Tribunal Supremo de Justicia, refleja que la ruptura del hilo democrático es irreparable por quien genera su quiebre. Por el contrario, las acciones que lo suceden exacerban el autoritarismo, más aún cuando el retroceso fue producto de la condena y la presión internacional.

Es así como se explica la decisión de inhabilitar a Capriles de ocupar cargos públicos durante quince años, de acuerdo a un dictamen de la Contraloría General de la República, hecho público el viernes. De acuerdo al mismo, el Gobernador del Estado de Miranda no podrá aspirar a cargos de representación política hasta cumplir sesenta años de edad. En su grosera visión del futuro y de su propio posicionamiento en el mismo, la prisión de López y la inhabilitación de Capriles despoja a la oposición de los dos líderes con mayor conocimiento y popularidad, eliminándolos por prisión, y por decreto, de la contienda electoral para la elección de gobernadores este año —aún sin fecha— y para presidente en 2018. Clara evidencia de que el régimen es consciente de que ya no tiene el apoyo popular del pasado y, en su torpe estrategia, opta por eliminar candidatos. Se disolvió la soberbia que lo caracterizaba cuando un concierto regional e internacional de naciones aplaudían su autoritarismo, callaban o tomaban ventaja de su corrupción y aplaudían su desmanejo económico.
  
Esta arbitraria y torpe decisión ocurre 24 horas después de que el Consejo Popular se negara a suspender los cinco jueces que componen el Tribunal Supremo de Justicia a pesar de la grave falta cometida y de su propio reconocimiento del error, así como la inconstitucionalidad de la argumentación que fundamentaban las sentencias de privación de poderes al Parlamento y limitación de la inmunidad de los parlamentarios.

El gobierno de Maduro está embretado. No puede profundizar las patrañas anticonstitucionales porque no tiene el coro que lo justifique y respalde nacional e internacionalmente. Además, la aguda crisis económica y el precio del petróleo lo han despojado de todo el combustible que usualmente alimentaba la maquinaria populista que el régimen ponía en marcha cuando el pueblo opositor arremetía en la defensa de sus derechos democráticos. Últimamente también de comida y medicamentos.

Las manifestaciones opositoras se han extendido a todo el país. El enfrentamiento a la protesta popular, que se ha sucedido durante casi cuatro días consecutivos la semana pasada y ha alcanzado su máximo nivel de confrontación y represión este martes, es una confortación directa al “enemigo”, cargada de brutal represión. Aumentan los heridos y se acrecienta el número de presos políticos, que hoy supera los doscientos. El populismo muestra cada día con más claridad sus aristas más evidentes: los opositores no son discrepantes, son enemigos y cuando crecen surge la necesidad latente de “eternizarse” en el poder. Con una moneda destruida, sin divisas (!!), sin medicamentos ni alimentos que distribuir, sólo queda el garrote y la prisión.

La oposición es consciente de esta debilidad y en ella basa su estrategia de corto plazo. No se conforma con que el Parlamento, que controla, haya recuperado sus poderes y sus miembros su inmunidad. No acepta la prescripción y prisión de sus líderes. Tampoco que los jueces que integran el Tribunal de Justicia queden inmunes de su responsabilidad por las sentencias anticonstitucionales que generaron.

Aún sin fecha, este año debería haber elecciones para gobernadores y el año que viene presidenciales. Ante la negación del gobierno, más bien la profundización de la hostilidad con la prescripción de Capriles, el Frente de Liberación requiere de una instancia seria de negociación o el adelantamiento de las elecciones presidenciales para el menor plazo posible. Y cada día, a medida que el régimen muestra su incapacidad y voluntad negociadora, la exigencia de la renuncia de Maduro y nuevas elecciones presidenciales crece y se encarna con mayor fuerza en la protesta creciente del pueblo venezolano. Pero ellos, como todo el hemisferio, saben que en las sombras acecha el fantasma militar. Por eso se suceden las ofertas de mediación e incluso inician el proceso mediador y fracasan, como sucedió con el frustrado proceso que condujo el Papa Francisco.

Para concluir, quisiera resaltar dos hechos positivos de esta tragedia. En primer lugar, que el enfrentamiento del gobierno de Venezuela con el gobierno uruguayo, por la descalificación de nuestro Canciller y las referencias a nuestro Presidente, es la mayor evidencia de que la izquierda socialista, sensata y seria, que tiene como objetivo fundamental la defensa de la democracia, el crecimiento inclusivo y una disminución de la pobreza e indigencia, no es populismo. Y en algún momento las diferencias afloran y lo hacen con la suficiente virulencia como para despejar esta diferencia fundamental. 

En segundo lugar, en muchos años no habíamos asistido a una reacción hemisférica tan poderosa en favor de la democracia. El autoritarismo Chavista encontró una América Latina unida en torno a otros valores…y con el petróleo a mitad de precio.