jueves, 13 de agosto de 2009

Crisis Global: Una luz al final del túnel.

Sumario: El optimismo reflejado por los índices bursátiles de Wall Street la semana pasada, tiene un fundamento objetivo en el comportamiento de la economía estadounidense en el último trimestre. Existen evidencias estadísticas importantes para afirmar que hemos ingresado en la fase de transición de la contracción económica a la recuperación. Este tránsito no será lineal sino sinuoso. Sólo con una estabilización del mercado laboral, el restablecimiento del crédito y una recuperación sostenida de la confianza del consumidor, podremos decir que la economía ha iniciado una recuperación sustentable, que por muchos meses será débil y no carente de sinuosidades. Considero que la economía de USA no comenzará esta recuperación sostenida antes del fin del año y que quizás para lograrlo sea necesario un nuevo Plan de Estímulo.

En agosto, la verificación estadística sobre la evolución de algunos indicadores de la macroeconomía estadounidense apuntaló un optimismo creciente sobre el fin de la contracción económica y la proximidad de una recuperación. “El más profundo derrumbe de la economía luego de la Gran Depresión está llegando a su fin” opinó Paul Krugman, Premio Nóbel de economía. Primero, la caída del PBI en un 1% en el segundo trimestre -frente a un 6.4% en el trimestre anterior- segundo, la reducción en la cantidad de despidos en julio -371.000 frente a 463.000 el mes anterior- y finalmente la reducción de la tasa de desempleo en una décima- 9.4% por primera vez en quince meses- ; encendieron una luz al final del túnel. Como reflejo los índices bursátiles de Wall-Street tuvieron un sólido repunte el fin de la semana, sobrepasando el S&P el nivel de los 1.000 puntos, hecho que no se constataba desde noviembre. La verificación simultánea de resultados favorables en relación al PBI y al desempleo, no se habían verificado desde el inicio de la contracción y es para operadores y analistas una señal positiva en cuanto a que “lo peor ya pasó”. Así lo expresó el Presidente Obama y varios economistas. Yo también adhiero a esta opinión. La reducción casi a cero del ritmo de la contracción durante el segundo trimestre es un hecho destacable, más aún cuando se verifica en el marco de una caída de la tasa de desempleo. “Es posible que hallamos tocado el fondo (the button) del ciclo recesivo y nos encaminemos al inicio de la recuperación en el tercer trimestre” opinó Krugman, un economista bastante escéptico algunos meses atrás.

Sin quitarle ningún valor ni respaldo a este optimismo con que se inauguró agosto, para investigar tendencias subyacentes que no permitan afinar el análisis en cuanto al desarrollo futuro de la crisis, es necesario no restringirnos a los datos de PBI y el desempleo y REFLEXIONAR sobre un conjunto de otros indicadores, menos impactantes pero muy necesarios para identificar en qué punto nos encontramos del ciclo recesión- recuperación, y por ende si el optimismo debe ser definitivo o es necesario relativizarlo, ya que pueden haber aún algunas vicisitudes antes de ingresar a una franca recuperación.

En primer lugar y apuntalando el optimismo, en julio se ha verificado una estabilización del mercado de la vivienda: se incrementó el número de viviendas nuevas, un 11% de incremento frente a una caída de 24% en junio del 2008, subió el precio de las viviendas nuevas y se incrementó el número de pedidos de construcción. Dada la importancia de este mercado, por su ponderación en la estimación del PBI y por su contribución a la “sensación” de recuperación de la “riqueza perdida” de los hogares estadounidenses, su estabilización es central para el restablecimiento del consumo y por ende la recuperación económica.

En segundo lugar, y en el mismo sentido, semana a semana se consolida la estabilización del sistema financiero. Hasta junio el crédito seguía bloqueado, más aún el crédito al consumo. Los bancos en estos últimos meses han mejorado sus resultados en base a ganancias obtenidas por financiamiento de operaciones de trading y servicios corporativos, más que por servicios asociados al consumo y tarjetas. Sin embargo, en julio ha comenzado un proceso lento y gradual de restablecimiento del crédito. Asimismo, los estadounidenses han comenzado a cancelar, en base a más ahorro, sus deudas, fundamentalmente con las tarjetas de crédito. La estabilización incipiente y simultanea de estos dos sectores, está actuando sobre el “núcleo duro” de la crisis financiera Por eso si esta tendencia, incipiente aún, se consolida y sostiene es muy relevante para el ritmo con que la economía se alejará de la contracción.

En tercer lugar, en estas últimas semanas se ha generado un aluvión de resultados positivos presentados por las principales corporaciones de USA. Sin embargo, llama la atención que estos mejores resultados no se corresponden con mayores niveles de ventas. Las empresas los han logrado por la vía de una fuerte reducción de costos, en muchos casos en base a grandes reestructuras que implicaron fuertes reducciones de puestos de trabajo. Esto es consistente con las perdidas de empleo que seguimos observando: 371.000 en julio, 14 millones de desempleados, 6.5 desde que se inició la crisis.

En cuarto lugar, es necesario señalar que la mayor actividad, que se reflejó en una menor caída del PBI en el segundo trimestre, se produce en un contexto de caída del consumo privado, aquel que corresponde a los hogares estadounidenses, y de la inversión privada, fundamentalmente en el sector manufacturero. Por lo tanto, la mayor actividad que caracterizó el segundo trimestre de este año se debió fundamentalmente a una recomposición de stocks y a un mayor gasto e inversión pública; consecuencia esto último del impacto del gasto gubernamental asociado al Plan Nacional de Estímulo del Presidente Obama, muy orientado a infraestructura, subsidios y proyectos especiales. Se genera así una gran interrogante: ¿es necesario un nuevo plan de reactivación para asegurar el transito a la recuperación, o hay que seguir confiando en que la estabilización del sistema financiero, el restablecimiento del crédito, la recuperación de cierta riqueza a través del incremento del precio de la viviendas y de la recuperación del mercado de capitales, impactarán sobre la confianza del consumidor e iniciarán la puesta en movimiento de un circulo virtuoso que deje atrás la recesión e inicie una faz de recuperación?. Esta es la pregunta fundamental que hoy se hacen los dirigentes políticos en USA. Este mes hemos recibido señales desde la economía que nos hacen pensar que la respuesta es NO; pero debemos esperar algunos meses más para ver cómo estas tendencias, algunas veces contradictorias, se siguen expresando sobre la evolución del producto y del empleo, y fundamentalmente sobre la confianza del consumidor, cuyo gasto explica el 70 % del PBI.

Según Laura Tayson (miembro del White House’s Economic Recovery Advisory Board) no hay razón para un segundo Plan de Estímulo. Ella había opinado un mes atrás que “los Estados Unidos deberían considerar un segundo plan focalizándose en infraestructura, ya que el primero ha sido demasiado restringido”; una buena muestra del cambio en el estado de animo que provocaron las cifras de agosto. Más conservador, el Congresista Harry Read planteó que 1.5 millones de americanos habrán agotado sus seguros de desempleo y que la extensión de esos seguros puede constituir un segundo Plan de Estímulo”

El seguimiento de la evolución de la economía en todas sus tendencias para verificar el fin de la contracción, así como la necesidad de un nuevo Plan de Estímulo para asegurar una recuperación sustentable, constituyen un nuevo estadio del análisis de la crisis: la estrategia de salida. Este apasionante tema ocupará nuestros próximos artículos.